Voluntariado empresarial: un reto fascinante

Firma Invitada
Dpto. Comunicación SECOT

Después de 27 años trabajando en una entidad financiera y con una prejubilación ante mí, la primera pregunta que me hice fue la siguiente: y a partir de ahora, ¿qué?
Tenía claro que quería dedicar más tiempo a una serie de aficiones largamente aplazadas, pero también tenía claro que eso no iba a ser suficiente. De alguna manera deseaba seguir estando "en activo", (obviamente sin el estrés que llevaba arrastrando tanto tiempo), y a la vez, poder ayudar a los demás. La segunda pregunta entonces fue: ¿es posible realizar esas dos cosas a la vez? La respuesta es sí, y se llama voluntariado empresarial.
Tengo que confesar que el único voluntariado del que siempre había tenido noción era el que conocemos la mayoría: cuidado de enfermos, ancianos, niños, … en definitiva, todo el mundo de las ONGs, que cuenta con todo mi respeto y admiración.
Pero cuando conocí las actividades de SECOT, se abrió ante mí un mundo de posibilidades, que plasmaba a la perfección lo que estaba buscando.
Y así llegó la tercera pregunta (no hay dos sin tres): ¿qué grado de representación tenemos las mujeres en el voluntariado empresarial?
Según las últimas  cifras proporcionadas por SECOT, hay unos 1.200 Seniors en toda España, todos ellos ex profesionales y ex directivos, de los cuales únicamente el 5,5% somos mujeres, es decir unas 66. Seguramente esto es extrapolable a otras organizaciones similares, de modo que, como se ve, el número de mujeres que llevamos a cabo actividades de voluntariado empresarial es aún escandalosamente bajo en España.

Tradicionalmente, el voluntariado femenino siempre ha estado asociado a organizaciones/asociaciones de tipo humanitario, pero no empresarial. Hasta ahora.
Considerando además que el espíritu emprendedor está cada vez más desarrollado entre las mujeres, ya que de las asesorías realizadas por Secot casi llega al 51% el número de proyectos presentados por mujeres, resulta sumamente alentador estar ahí, asesorando y ayudando a este colectivo. Está claro que el tejido empresarial es fundamental para el desarrollo económico de un país, y más aún en un contexto de crisis como el actual.

Y dicho todo lo anterior, no quiero terminar esta reflexión sin señalar lo ilusionante que me resulta ser "voluntaria empresarial", y desde aquí quiero animar a más mujeres a que participen en este tipo de voluntariado.
Ah! Y no quiero dejar de dar las gracias a mis compañeros de Secot, de los que estoy aprendiendo muchísimo, y que han estado ahí desde hace 22 años.